No he visto a mi mujer en meses. El trabajo me está matando. El café sabe a lodo y afuera el cielo está nublado. Ayer vi a mi jefe y me advirtió lo peor. La situación de la empresa es seria y mi trabajo en ella ya no convence al directorio.
Salgo un rato en busca de paz y me encuentro con un terrible caos. Cientos de tipos con collares blancos y rojas corbatas me rodean apuntándome con diminutos teléfonos celulares. Después de vagar por las calles me doy cuenta que alguien me ha robado la billetera, pero en mi bolsillo ha quedado la foto de una mujer que creí haber olvidado.
Me detengo frente a una tienda de electrodomésticos con vitrinas repletas de televisores, y leo en las pantallas unas líneas que dicen algo así como "sumerge tu alma en amor". A mi alrededor nadie se percata de la orden y todos siguen caminando.
Me saco la ropa sin pensarlo, no me importa el estupor que brota al lado mío. Me lanzo con un piquero a una pileta llena de mugre.
Antes de que llegue la fuerza pública tomo mis cosas y corro todo empapado con mi cuerpo desnudo, mientras unas estudiantes me aplauden.
Al llegar a casa abro la puerta todavía mojado, y veo a mi mujer más hermosa que antes. La miro a los ojos y recuerdo que no la he visto hace años. La había observado todas las mañanas y cuando regresaba por las noches a casa, pero hacía rato que no la miraba con los ojos de mi alma. La abrazo fuertemente mientras sonríe desconcertada.
Ahora está dormida a mi lado y el sueño ya me está matando. Apago la luz y dejo en el velador el celular... esta vez, apagado.
3 comments:
muy street spirit...
quien no quisiera salir de la norma tantas veces...
Creo que me he dado el placer perverso de divagar en parte de tu vida a través de tus blogs y otras direcciones. Me impresiono de tu creatividad, tus momentos alegres y extrovertidos, y tus reversos autoflagelantes... también es hermoso el amor que dedicas a esa mujer con rostro de pequeña curiosa viajera, de quien parece depender tu frágil estabilidad y felicidad. De pronto sentí envidia de ella, dile que es una afotunada que me encantaría que me dedicaras esa sonrisa inocente, esa mirada de niño, esa inteligencia humorística y esas tendencias depresivas y autistas a la vez. En fin. Escribe más para deleitar mis momentos de insomnio.
Una maldita intrusa...
Parece que marcaste a un par de lectoras... Te retrataron casi perfectamente (casi)...
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